Lo explica Raúl Oscar Finucci en su libro Todos somos gauchos
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| "Gaucho" - Eleodoro Marenco |
Todos somos gauchos. Con este título y con el prestigio de las cuidadas ediciones de Letemendía, Raúl Oscar Finucci ha publicado un libro dedicado, como lo afirma en el prólogo, a quienes "deseen saber qué es y de qué se compone, en gran parte la tradición gaucha argentina".
Dedicado desde hace años a la temática a través de la redacción de El Tradicional, muchos artículos de él mismo y de prestigiosos colaboradores le han sido de utilidad para este trabajo. Afirma que "siempre le ha gustado el campo" a pesar de no haber nacido en él, pero ha rescatado en poco más de 170 páginas, el gaucho, el caballo, las pilchas, el cuchillo, el poncho, las boleadoras, las botas de potro, el rebenque y las espuelas, además de comentarios sobre Bartolomé Hidalgo, José Hernández, William Mac Cann, Roberto Cunninghame Graham y personajes tan diferentes como Juan Moreira y Segundo Sombra.
Un capítulo de especial encanto es la evocación a don Florencio Molina Campos, a quien junto con el Martín Fierro supone, con acierto, que no falta en ningún rancho de campo, y aún en otros sectores. Su amistad con Elvira Ponce Aguirre, viuda del afamado artista, le permitió conocer la edificante intimidad de don Florencio.
El autor ha basado su trabajo en abundante y seria bibliografía, aunque creo que ha consultado otros textos que no menciona, además de sus experiencias personales, lo que le permite afirmar, sin falso orgullo pero con legítima satisfacción, "soy tradicionalista, hombre que cultiva la tradición del gaucho y la difunde". Sin duda, esa sencilla aspiración la ha logrado acabadamente, con una tapa en la que luce un óleo de Juan Manuel Blanes: "Gaucho solitario".Su participación en la peregrinación de los paisanos a caballo al Santuario de Nuestra Señora de Luján, nos permite sugerirle a Raúl Oscar Finucci, un nuevo volumen con esas vivencias.
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