Esteban Díaz Mathé es psicólogo, pero retrata como pocos la vida de campo. Acaba de publicar “Ser argentino”, un libro con 143 obras camperas. Y aquí cuenta los pormenores de una pasión que despertó con unobjetivo:homenajear al paisano.
Sus primeras obras fueron réplicas de Miguel Ángel, Da Vinci, Rembrandt, Bouguereau, Caravaggio y Sorolla, hechas por encargo a coleccionistas de arte. Comenzó a dibujar y a pintar como hobby, pero la calidad de sus pinceladas le remarcaron que se trataba de una habilidad que estaba dormida. Y que había despertado. Un taller a la vuelta de su casa en la ciudad porteña, y algún consejo de amigos ligados al arte, fueron sus primeras enseñanzas, pero sus grandes maestros fueron los libros, que le aportaron la técnica necesaria para consolidar su trabajo en las telas: “Fui aprendiendo las temperaturas, contrastes, pesos, composiciones, y tensiones. Hay un montón de cánones clásicos escritos en tratados de pintura, y yo me los leí. Fui aprendiendo muchísimo el trasfondo de lo que me refleja una imagen. Muchos trucos y secretos. Incorporé la capacidad de leer las imágenes y desglosar cómo un pintor hizo su obra; ese es mi talento. Lo que pinta es el ojo, no la mano”, dice.


-¿Hubo una planificación previa a los viajes?
- Sí. Viajaba en las épocas claves de más movimiento, como la esquila en Tierra del Fuego. A la vez que estaba en una yerra en Entre Ríos, me perdía lo que sucedía en otro lugar. La recorrida la tuve que hacer en dos años, armamos el cronograma de lugares, fechas, y las épocas para estar en cada zona y poder documentar lo más puro. Armé bocetos en el momento y, con máquina de fotos, tomé nota de las conversaciones que tuve con los personajes que me fui encontrando en los viajes. Fui tomando la figura del gaucho, homenajearlo, y bajar a texto curiosidades, pensamientos, ideas de las personas, y de las zonas. Me llevaba plumas, lápices. En el libro hay una gran variedad de técnicas antiguas, porque al replicar cuadros uno aprende muchos registros de pintores antiguos que son claves para hacer estos bocetos, hay muchos trabajos en acuarela, en tinta, en carbonilla, en lápiz, en sanguínea, en óleos, y otras mixtas. Fue mucho prueba y error. Mi desafío es aprender a dibujar y a pintar como los grandes maestros. Si hubiese utilizado sólo lo que mejor domino, muero con eso, lo que me quita el sueño es aprender técnicas realistas que ya se dejaron de usar o se usan poco, como la pluma, y el óleo en su máxima expresión.
Fotos Marcelo Arias
Más información: www.diazmathe.com

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