Cuartelera y señora en Plaza Huincul
Aguada de los desiertos lejanos,/ tapera de un dulce ayer / tiempo de la Pasto Verde,/ zamba del coraje hecho mujer.
"Brava gaucha en los fortines sureños,/ bella flor del jarillal,/ mil soldados te quisieron,/ pero la tierra te quiso más."
En 1918 se descubrió en Plaza Huincul la gran cuenca
neuquina de petróleo. Allí se levantó el primer campamento y a su
alrededor crecieron los barrios de YPF. Hoy se puede visitar el
histórico pozo y también el Museo Municipal Carmen Funes, que lleva el
nombre de una mítica cuartelera, en cuyo campo se percibió por primera
vez el sabor a querosene en el agua.
La señora Funes cumplía funciones en el Regimiento III
de Caballería y llegó con un batallón a General Roca, Río Negro. A poco
de su estada dejó la milicia y, "espantada" por el ruido del tren que
terminaba en Roca, se mudó a un paraje en el que casi no había nada,
Plaza Huincul.
Allí, junto a una aguada, se convirtió en posadera y levantó lo que se llamó la Posta de la Aguada, en 1890.
Tiempo después llegó el ingeniero Cánepa, para hacer
noche antes de partir a Covunco, donde pensaba montar una máquina para
extraer petróleo. Cuenta la leyenda que esa noche, observó cómo Carmen
llenaba barriles con agua y le preguntó: "Doña Carmen ¿para qué junta
tanta agua?"
"Porque está cambiando la luna y en vez de agua va a
salir querosene." La luna cambió y al otro día, entremezclado con el
agua, aparecieron manchones de petróleo. Cánepa dejó allí sus máquinas y
comenzó a
explotar el petróleo de la zona.
"Sobre la reja entre las piedras donde duerme tu voz,/
mi guitarra lloró,/ sola esta zambita por las noches quiere darte
luz,/porque le duele que digan, /que el criollo neuquino te olvidó.
"Quien te llamó Pasto Verde fresquita,/tal vez tu aroma sintió,/ poema de los desiertos,/versos de un coplero que pasó.
"Tal vez hablen de tus años de moza,/ la aguada, el
grillo, el sampá/ años de lanza y romance,/sangre que secó el viento al
pasar."
Cuando Carmen Funes murió la enterraron por allí cerca,
puesto que en Plaza Huincul todavía no había cementerio. Y cuando lo
hubo, el párroco local se opuso a que fuera trasladada. Su tumba, cerca
de una banquina, comenzó a ser tapada por los yuyos y una tarde, dos
personas que trabajaban en la YPF, padre y suegro del poeta Marcelo
Berbel, forjaron, en los talleres de la petrolera, una reja para
proteger el sepulcro.
Los años siguieron pasando y hace unas décadas, quien
fuera un chico nacido en Plaza Huincul, se quedó sin nafta en la ruta.
Mientras su hijo se acercaba al pueblo con un bidón, dijo: "Por aquí
debe estar la tumba de la Carmen". No le costó mucho encontrarla. Tomó
entonces un papel y, junto a la tumba, escribió la letra de una zamba:
"La Pasto Verde", que cantaron Jorge Cafrune, José Larralde, Los
Andariegos y muchos más. Casi sin querer, Marcelo Berbel le había
devuelto los honores a Carmen y su tumba fue rápidamente bendecida y
hasta se le rindió un homenaje con bandas militares.
Hoy, la gente la visita como si fuera una santa. Carmen Funes, para todos los neuquinos, La Pasto Verde.
"Sobre la reja entre las piedras/donde duerme tu voz,
mi guitarra lloró,/sola esta zambita por las noches quiere darte
luz,/porque le duele que digan/que el criollo neuquino te olvidó.